La sopa de calabacín es un plato muy útil para invierno, ya que es de esas sopas de delicioso sabor que al comerlas te reconfortan y llenas de energía. Una sopa de verduras que gustará a todo el mundo, por lo que te recomiendo que tomes nota.
En primer lugar se lavan y se pelan sobre una tabla de cocina la cebolla, la cual después se pica de forma muy menuda, y los calabacines que se pican en cubitos.
Una vez listo todo, se ponen en una olla con un poco de aceite de oliva y se rehoga. Cuando la cebolla se empiece a poner transparente, echamos el caldo concentrado junto con el agua, un poco de sal y pimienta y se deja cocinar.
Mientras ponemos una sartén al fuego con un poco de aceite. Cuando este bien caliente, echaremos el pan cortado en cubitos y lo freiremos. Cuando tenga un aspecto doradito, lo sacamos y ponemos sobre papel absorbente, para quitar el exceso de grasa, y reservamos.
En el momento en que veamos que el calabacín está listo, echamos la nata y mezclamos. Lo damos a todo un último hervor y ya lo tendremos listo.
Servimos la sopa de calabacín con unos trozos de pan frito.