El pan de muerto mexicano es una receta tradicional para celebrar el Día de Muertos y es un plato que no puede faltar en nigún altar de muertos. Comer pan de muerto es una costumbre muy arraigada y es una manera de honrar y recordar a los antepasados que ya no están. El Día de muertos es parte fundamental de la vida de los mexicanos. Podemos encontrar el pan de muerto en distintas variantes, existen en forma de calavera y con una bola a lo alto que asemeja el cráneo con cuatro huesos, los cuales pueden representar los cuatro elementos: tierra, fuego, aire, agua, o bien, los cuatro puntos cardinales, esenciales para, según la creencia, el retorno de los muertos a casa.
Paso 1:
Pon en un bol todos los ingredientes menos la mantequilla. Amásalos bien y cuando este todo homogéneo ve añadiendo la mantequilla poco a poco hasta tener una masa ligeramente pegajosa y elástica.
Paso 2:
Introduce la masa en un bol untado con aceite y tápalo con film transparente para dejar que doble su tamaño y no haga costra. Cuando haya pasado el tiempo, que te llevará una hora aproximadamente, desgasifica la masa, amasando suavemente durante un minuto.
Paso 3:
Divide la masa en dos, con una mitad vas a hacer una bola y con la otra, divídela en dos también y da forma como unos huesos que se crucen. Deja levar la masa otra hora.
Paso 4:
Después, con cuidado pinta el pan de muerto mexicano con huevo batido, espolvorea azúcar por encima y mételo en el horno previamente precalentado a 180º grados durante al menos 25 minutos controlando que no se pase de dorado. Sácalo y déjalo enfriar sobre una rejilla.
Presentación:
Una vez templado el pan de muerto mexicano, sírvelo en una bandeja y decora con frutas alrededor.
Sugerencia:
La mantequilla DIA es perfecta para esta receta por su sabor y cremosidad.
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