El helado de menta hecho en casa queda mucho más sabroso que el industrial, además siempre se puede condimentar más o menos, y sale más económico.
Hay que calentar la leche en un cazo y añadir las hojas de menta limpitas y picaditas junto con el azúcar. Una vez que empiece a hervir, se deja enfriar la leche para mezclarla con las yemas de huevo sin batirlo.
Una vez lista la mezcla, se vuelve a colocar a fuego suave y se remueve constantemente para que espese y no llegue a hervir. Entonces, se deja enfriar y se distribuye a partes iguales en dos recipientes. A cada uno se le añade la nata montada con movimientos envolventes y, en unos de los dos se echan las hojas de menta coladas y, en el otro, el licor de menta.
En un molde se montan las capas de las dos preparaciones y, cuando esté listo, se mete al congelador tapado un mínimo de 6 horas hasta servirlo. En las tres primeras horas es importantes darle unas vueltas para que no se cristalice el helado.