La greixonera es un postre típico de las islas baleares, que se suele hacer con ensaimadas duras. Esta receta es una versión de este postre, ya que es una greixonera de pan duro, un elemento salado frente al dulce de las ensaimadas. Es muy sencillo de hacer, al igual que los ingredientes con los que se hace. Delicioso donde los haya, y para más encima casero.
Comenzamos poniendo en un cazo o cazuela pequeña a cocer la leche con cáscara o piel de limón, y en el momento en que empiece a hervir, se retira del fuego y se saca la piel de limón.
Por otro lado en una sartén antiadherente bien caliente, incorporaremos un poquitín de aceite de oliva, en el que vamos a dorar ligeramente las rebanadas de pan y las colocamos cuando estén doradas sobre papel absorbente para quitar el exceso de aceite.
En la leche caliente, añadimos azúcar y se disuelve bien. Después vamos a incorporar las rebanadas de pan sin amontonar y lo espolvorearemos con canela en polvo. Dejamos que repose todo junto uno 10 minutos para que el pan absorba bien la leche, y después desmenuzamos el pan con un tenedor, pero sin que quede demasiado de fino.
Echamos ahora en un cuenco un huevo y lo batimos, para después añadirlo a los demás ingredientes.
Lo llevamos a hornear a una temperatura de 180 grados, en un horno previamente puesto a calentar, durante una media hora. Tras este tiempo, la greixonera ya estará hecha, por lo que la sacamos del horno y la dejamos que enfríe a temperatura ambiente, para después llevarla a la nevera a que enfríe del todo durante unas 6 horas, aunque mejor si es de un día para el otro.
Cuando vayas a servir la Greixonera de pan duro, hazlo acompañada de un chorrito de miel y de unas moras, ya que esta fruta, al igual que cualquier otra roja, le va estupendamente.