Siempre tengo la imagen de mi abuelo comiendo después de las comidas estos cocos que preparaba mi abuela. A él le encantaban, por lo que en su casa, guardados en el armario del comedor, siempre había una bandeja llena. Es un dulce riquísimo y muy fácil de hacer, perfectos para tomar en la sobremesa de cualquier comida, acompañados por un café o una copita de licor.
Comenzamos por mezclar en un cuenco todos los ingredientes. Cuando sea una mezcla homogénea, vamos a formar pequeños montoncitos y según los vamos haciendo, los vamos colocando sobre un papel vegetal dispuesto en una placa de horno. No los pondremos muy juntos, y que con el calor de la cocción podrían expandirse un poco.
Los metemos en el horno a temperatura media, unos 180º, durante unos 15 minutos, tras los que los vamos a sacar y dejaremos que se enfríen.
Antes de meter a que se hagan los cocos al horno, este debe de estar caliente, por lo que según comenzamos a hacer la masa encendemos el horno también.
Si no queremos hacer tanta cantidad de cocos, siempre podemos poner la mitad de los ingredientes.