La coca de azúcar crujiente tiene un sabor muy bueno para mojarla en leche o en un poco de café, aparte de su textura. Realmente, es genial tenerla hecha cuando te levantas a desayunar.
Mezclar la harina en un bol con el agua templada, la cucharadita de sal y el aceite, y amasar todo muy bien con las manos hasta obtener una masa suave que no sea tan pegajosa. Entonces, taparla con un paño húmedo y dejarla reposar durante una hora para que crezca.
Pasado este tiempo de reposo, tamizar con harina una mesa de trabajo limpia y colocar la masa encima. Trabajar amasando con la ayuda de las manos y de un rodillo para extender la masa y dejarla más fina, aunque no mucho.
Untar con un poquito de miel la masa y espolvorearla con azúcar. Meterla al horno colocada sobre la bandeja, que debe estar forrada con papel de hornear, y dejarla unos 15 o 20 minutos.
Al sacar del horno la coca de azúcar crujiente, rociarla un chorrito de anís para que esté más sabrosa.