En mi casa es típico en semana santa hacer estas cañas rellenas. La verdad es que se supone que son días de recogimiento, pero en casa se celebran con una buena cantidad de dulces entre los que destacan estos. La crema es deliciosa por no decir la masa que la envuelve. La receta llevas sus pasos y es bastante entretenida de hacer, pero todo el tiempo y el esfuerzo realizado merecen la pena.
Lo primero que tenemos que hacer es poner en un bol el vino junto al aceite y vamos añadiendo la harina con la levadura hasta tener una masa que podamos manejar con las manos y que no se nos pegue a los dedos.
En ese momento cogemos unos molde llamados cañas, vamos estirando la masa bien finita y la enrollamos en las cañas, que iremos friendo en una sartén con abundante aceite de oliva bien caliente.
En el momento en que veamos doraditas a las cañas las sacamos y empujamos la caña por un ladito para separar la caña de masa del molde, y las dejamos sobre papel absorbente para que escurran el aceite
Cuando estén frías las rellenamos de lo que más nos apetezca, ya sea de crema, nata o mermelada, espolvoreándolas al final con un poco de azúcar.
¡Ya veréis que buenas están estas cañas rellenas!
Trucos y consejos:
En el caso de que no tengáis moldes de cañas, podéis usar unas cañas secas, las cortáis y las laváis en agua hirviendo, las dejáis secar bien y ya las tenéis listas para usar todas las veces que queráis. Esto es como lo hacía mi abuela y siempre la quedaron estupendas.